lunes, 13 de abril de 2015


Difteria

Es una infección causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae.

Esta enfermedad se puede propagar a través de las gotitas respiratorias (tos o estornudos de una persona infectada o de alguien que porte la bacteria pero no tenga ningún síntoma).

Es más común que la bacteria infecte la nariz y la garganta. La infección de garganta produce una pseudomembrana (cubierta) de color gris, dura y que puede obstruir las vías respiratorias.

Una vez que se encuentra la persona infectada, la bacteria, produce toxinas, las cuales se diseminan a través del torrente sanguíneo a otros órganos, como el corazón y el cerebro, causando daños. 

Causas

Los factores de riesgo para la difteria son:

  • Hacinamiento
  • Deficiencia en la higiene
  • Falta de vacuas 

Síntomas

Se presentan alrededor de 7 días después de que la bacteria ha entrado al organismo:
  • Color azul en la piel
  • Secreción nasal acuosa y con sangre
  • Dificultad respiratoria
  • Estridores
  • Escalofríos
  • Tos (perruna)
  • Babeo
  • Fiebre
  • Ronquera
  • Odinofagia
  • Úlceras en la piel 
  • Dolor de garganta
  • "Cuello de toro"
 


 

Tratamiento

La antitoxina diftérica se administra como inyección intramuscular o a través de una vía intravenosa (IV). Luego se trata a infección con antibióticos, como penicilina y eritromicina.

Otros tratamientos:


  • Líquidos por vía intravenosa (IV)
  • Oxígeno
  • Reposo en cama
  • Inserción de tubo respiratorio
  • Corrección de las obstrucciones de las vías respiratorias

Prevención 

Existe la vacuna llamada DPT, la cual nos protege contra la difteria, pertusis y tétanos. Es una vacuna que se realiza con toxoide. La protección de la vacuna dura sólo 10 años. Por eso es importante que los adultos reciban una vacuna de refuerzo cada 10 años. 


¿Cómo funcionan las vacunas en los niños?

Las vacunas preparan al cuerpo del niño para luchar contra la enfermedad. Cada vacuna contiene el patógeno, ya sea muerto o debilitado, que causa una enfermedad determinada.

Para luchar contra la enfermedad, el cuerpo fabrica anticuerpos que reconocen partes específicas del patógeno. Esta respuesta nos dice que si alguna vez el niño se expone a la enfermedad real, sus anticuerpos ya estarán listos, el cuerpo sabrá cómo defenderse y no contraerá la enfermedad.